ALOCUCIÓN

CONCIERTO HOMENAJE A PABLO SARASATE


Buenas tardes a todos. Arratsaldeon guztioi. 

            Hace exactamente cien años, en estos mismos días, la ciudad de Pamplona trataba de asumir la inminencia de unas fiestas de San Fermín diferentes a las de los últimos años; de unas fiestas que iban a acusar una ausencia importante; de unas fiestas sin Sarasate.
            Por vez primera en muchos años ya no iba a sonar el violín en este balcón, ni se iba a agolpar la multitud delante de los balcones de La Perla, ni por la noche le iban a rondar los mozos con sus serenatas, ni el zezenzusko iba a chispear en su honor atemorizando a los niños. El escenario del Teatro Gayarre se disponía a llorar su ausencia, la ausencia de un violinista excepcional y único dentro del escenario internacional.
            De todo esto han pasado ya cien años. Un siglo.

            Como pamploneses, agradecidos a quien puso el nombre de nuestra ciudad en lo más alto, hemos querido dar continuidad, continuidad que es homenaje y agradecimiento, a aquella costumbre que tenía D. Pablo cuando llegaba en vísperas de San Fermín de obsequiar a sus paisanos con un primer concierto desde los balcones de su habitación en esta casa suya que era el Hotel La Perla.
            Por tercer año consecutivo en este siglo XXI ofrecemos hoy este concierto simbólico desde el balcón de su habitación. Contamos en esta ocasión  con dos alumnas del Conservatorio Superior de Navarra.
            Abre el concierto de violín Marta Ramírez García-Mina interpretando dos conocidas piezas de Pablo Sarasate: Malagueña y Playera.
            ¡Un aplauso para ella!.


            La conmemoración el pasado año del fallecimiento de don Pablo Sarasate fue un buen termómetro para percibir que el cariño de sus paisanos goza de buena salud a pesar del tiempo transcurrido desde su muerte. Detrás de un buen músico, de una gran profesional y de un indiscutible artista, estaba la reciedumbre de un navarro, de un pamplonés generoso con sus paisanos, y de una persona con una talla humana ante la que inevitablemente se doblegaron colegas suyos, y zares, y reyes, y espectadores de butaca, y el pueblo liso y llano que solo podía aspirar a gallinero.
            Se le quiso allá, y se le quiso aquí. Se le quiso ayer, y se le quiere hoy. Y se lo decimos con música, con violín.
            Finalizamos este pequeño concierto con la actuación de Tamara González Lapresa, que nos va a interpretar Zortziko Miramar y..., ¡cómo no!, el Zapateado.
            ¡Un aplauso para ella!.


            Ponemos punto final a este acto, organizado gracias al Gobierno de Navarra y al Ayuntamiento de Pamplona, agradeciendo la implicación del Conservatorio Superior de Música y la colaboración del Gran Hotel La Perla.
            Sarasate tocaba su violín desde este balcón, y junto a la puerta del mismo le acompañaba siempre un pianista en sus actuaciones. Hacemos, por tanto, extensible nuestro agradecimiento a Miguel Ángel Aguirre, que es quien esta tarde noche ha acompañado a Marta Ramírez y a Tamara González, con el piano, desde el interior de la habitación. Muchas gracias a los tres.
            Y la música, cualquier música, cobra un sentido especial cuando hay un oído sensible que la escucha y la agradece. Es por ello que agradecemos de forma muy especial la presencia de todos ustedes.
            Muchas gracias. Mila esker.